miércoles, 20 de noviembre de 2013

La oscuridad era el primer paso que le ofrecía a una nueva jornada sin trascendencia, el chasquido de la sinfónica soledad era mi compañía, la esperanza solo era un deseo adulterado, los sueños solo eran lugares imaginarios y brutalmente desanimados. Pero como la lluvia caprichosa que empapa cuando no se espera, la oscuridad exhibió su rostro, la soledad engendró melodías de tonalidades inmejorables, la esperanza se vistió de gala para aceptar la ilusión, los sueños daban su primer paso a la realidad. Llegaste tú para hacerle un cambalache a mi vida, llegaste tú incentivando la metamorfosis de mi ser, llegaste tú para enseñarme a ser quien siempre apetecí ser. Ya los días no son iguales ya estás acá.

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