martes, 26 de noviembre de 2013

Un día abrí los ojos y no sentí el corazón, las razones florecían en tu sonrisa, ladrona de cabello castaño. Un día desperté ahogado por una lluvia de abundante esperanza, gracias a ti mujer de aurora pacificadora. Un día me sorprendí con un pasado sin memoria, gracias a ti princesa de rostro de felicidad inmortal Un día navegue en sueños de fantasías deseosas, gracias a la luz de tu rostro. Hoy mi mente divagadora despertó para aterrizarme en la más dulce realidad y palpar que a mi lado está la mujer más valiosa del mundo.

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