Un día abrí los ojos y
no sentí el corazón, las razones florecían en tu sonrisa, ladrona de cabello
castaño. Un día desperté ahogado por una lluvia de abundante esperanza, gracias
a ti mujer de aurora pacificadora. Un día me sorprendí con un pasado sin
memoria, gracias a ti princesa de rostro de felicidad inmortal Un día navegue
en sueños de fantasías deseosas, gracias a la luz de tu rostro. Hoy mi mente
divagadora despertó para aterrizarme en la más dulce realidad y palpar que a mi
lado está la mujer más valiosa del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario